El grito en el salón Mediterráneo fue ensordecedor cuando el maestro de ceremonia anunció que cada ganador de una medalla de oro en los Juegos Bolivarianos (disputados en Trujillo, Chiclayo y Lima entre el 16 y 30 de noviembre pasado) se llevaría a casa algo más que aplausos y flores: lo irían con 10 mil soles.

Es que el IPD, gestión Francisco Boza ha continuado la política comenzada por Arturo Woodman (debe ser una de los pocos momentos en la actividad pública que continúan una política de gestión a gestión), decidió incentivar a los deportistas nacionales que consiguieron las preseas de oro en los "mejores Juegos Bolivarianos de la historia" como los calificó el presidente de la ODEBO, el ecuatoriano Danilo Carrera.

Paula Mautino y Arturo Chávez se miraron incrédulos. La campeona de salto largo y el de salto alto festejaron. Era la primera vez que un triunfo suyo era recompensado. Jorge McFarlane, doble medallista (110 con vallas y salto largo), empezó a maquinar que haría con el dinero. "De hecho lo reinvertiré en mi preparación".

Los ganadores de medalla de plata recibieron 5.000 soles y los de bronce 1.500. No es que todo deba ser dinero, pero en estas fechas, un incentivo así lleva a que más deportistas se esmeren en entrenar más y mejor, en especial, porque en tan solo tres meses tendremos un nuevo reto: Los Juegos Sudamericanos o Suramericanos a celebrarse en Santiago de Chile durante la primera quincena de marzo (si, la misma Santiago a la que Lima le arrebató, categóricamente, por cierto, la sede de los Panamericanos '19).

La ceremonia se cumplió el sábado por la noche en el hotel Los Delfines de San Isidro y contó con la presencia de unos 300 deportistas de todas las disciplinas, pues también se les dio un reconocimiento a los jóvenes de distintos deportes que a lo largo del último semestre también gritaron. ¡Perú campeón!